¿Pueden los perros comer cebolla?

No, los perros no deben comer cebolla, ya que este alimento puede ser un peligro potencial. Si bien los perros pueden disfrutar de muchos alimentos que compartimos con ellos, hay ciertos ingredientes que debemos evitar a toda costa. La cebolla es uno de esos alimentos que, aunque es completamente segura para los humanos, puede ser extremadamente tóxica para los perros.

Dos perros rodeados de cebollas

¿Por qué la cebolla es peligrosa para los perros?

La cebolla, al igual que el ajo y otros miembros de la familia de las liliáceas, contiene una sustancia llamada N-propil disulfuro. Este compuesto es la principal causa de la toxicidad en los perros cuando consumen cebolla. Al ingerir cebolla, los perros no pueden procesar correctamente esta sustancia, lo que provoca una reacción en sus glóbulos rojos.

Los glóbulos rojos son los encargados de transportar el oxígeno por todo el cuerpo, por lo que cualquier daño a estos puede afectar gravemente la salud de un perro. El N-propil disulfuro causa la destrucción de los glóbulos rojos, lo que da lugar a una condición llamada anemia hemolítica. Esta enfermedad ocurre cuando los glóbulos rojos se destruyen más rápido de lo que el cuerpo puede producirlos, lo que lleva a una disminución de la cantidad de oxígeno en la sangre, y, por lo tanto, a una disminución del funcionamiento general del organismo.
 

¿Cuánto es peligroso para un perro?

La cantidad exacta de cebolla que un perro puede consumir sin sufrir efectos tóxicos depende de varios factores, incluidos el tamaño, la raza y la salud general del perro. Sin embargo, en términos generales, se estima que 5 gramos de cebolla por kilogramo de peso corporal puede ser suficiente para causar intoxicación.

Esto significa que un perro pequeño puede sufrir efectos adversos con una cantidad relativamente pequeña de cebolla, mientras que un perro de gran tamaño podría ingerir una mayor cantidad sin sufrir daños inmediatos. No obstante, la gravedad de los efectos no solo depende de la cantidad, sino también del tipo de cebolla (cruda, cocida, en polvo, etc.) y la forma en que fue ingerida.
 

¿Qué forma de cebolla es más peligrosa?

Aunque todas las formas de cebolla pueden ser tóxicas para los perros, la cebolla cruda es la más peligrosa, ya que contiene la mayor concentración de compuestos tóxicos. Sin embargo, la cebolla cocida también representa un riesgo, ya que aunque la cocción reduce los niveles de toxicidad, no los elimina por completo. Además, muchas veces la cebolla cocida se presenta en combinaciones con otros ingredientes como el ajo, la sal, la mantequilla o el aceite, lo que aumenta el riesgo para los perros.

Incluso la cebolla en polvo, que se usa comúnmente como condimento, puede ser muy peligrosa para los perros. Un pequeño trozo de cebolla o una pizca de cebolla en polvo pueden causar intoxicación en perros más pequeños.

Además, debes tener en cuenta que los productos procesados que contienen cebolla (como salsas, sopas o alimentos enlatados) también pueden representar un peligro. Muchos de estos productos contienen cebolla en diversas formas y cantidades, lo que puede ser muy dañino para los perros.
 

Síntomas de intoxicación por cebolla en perros

Los efectos de la intoxicación por cebolla no son inmediatos. Pueden pasar entre 24 y 48 horas después de la ingestión para que los síntomas más graves se hagan evidentes. Esto puede hacer que los dueños de mascotas no se den cuenta de inmediato de que su perro ha ingerido cebolla.

Algunos de los síntomas más comunes de intoxicación por cebolla incluyen:

  • Vómitos: Uno de los primeros signos de que algo no va bien. Si un perro ingiere cebolla, es común que experimente malestar estomacal, lo que puede llevar a vómitos.
  • Diarrea: Además de los vómitos, la cebolla puede irritar el sistema digestivo de los perros, lo que puede resultar en diarrea.
  • Fatiga o debilidad: Los perros con intoxicación por cebolla pueden mostrar signos de fatiga inusual, incluyendo falta de energía, dificultad para levantarse o caminar, o un comportamiento más somnoliento de lo normal.
  • Orina de color rojizo o marrón: Esta es una señal clara de que los glóbulos rojos están siendo destruidos. La orina puede aparecer de color oscuro debido a la presencia de hemoglobina, lo cual es un síntoma preocupante.
  • Encías pálidas: Debido a la destrucción de los glóbulos rojos, los perros intoxicados por cebolla pueden mostrar encías inusualmente pálidas.
  • Respiración acelerada: La falta de oxígeno en el cuerpo debido a la destrucción de los glóbulos rojos puede llevar a una respiración rápida y superficial.

Si notas alguno de estos síntomas en tu perro, es crucial que lo lleves al veterinario lo antes posible.
 

¿Qué hacer si mi perro come cebolla?

Si sospechas que tu perro ha ingerido cebolla, lo primero que debes hacer es mantener la calma. El tratamiento temprano puede hacer una gran diferencia en la recuperación de tu mascota. Aquí te ofrecemos algunas recomendaciones sobre qué hacer:

  1. Contacta a tu veterinario inmediatamente: Si tu perro ha comido cebolla, comunícate con tu veterinario o con una clínica veterinaria de emergencia lo antes posible. Aunque puede que tu perro no muestre síntomas de inmediato, es importante obtener atención médica lo antes posible.

  2. Inducir el vómito: En algunos casos, el veterinario puede recomendar inducir el vómito para evitar que la cebolla se absorba en el tracto digestivo. Este procedimiento debe ser realizado solo por profesionales para evitar complicaciones.

  3. Tratamiento de apoyo: Si la ingestión ocurrió hace más de unas pocas horas y ya se ha absorbido la cebolla, el tratamiento se centrará en aliviar los síntomas. El veterinario puede administrar fluidos intravenosos para mantener la hidratación y ayudar a eliminar las toxinas del cuerpo.

  4. Transfusiones de sangre: En casos graves de anemia hemolítica, es posible que se necesiten transfusiones de sangre para reemplazar los glóbulos rojos dañados. Este tratamiento es especialmente necesario en perros que han consumido grandes cantidades de cebolla.
     

Prevención

La mejor manera de proteger a tu perro de los efectos tóxicos de la cebolla es evitar que tenga acceso a este alimento. Algunas recomendaciones para prevenir la intoxicación por cebolla incluyen:

  • No compartir comida que contenga cebolla con tu perro: Aunque puedas pensar que un pequeño trozo de cebolla cocida no hará daño, es mejor evitar compartir cualquier tipo de cebolla con tu mascota.
  • Mantén los alimentos fuera de su alcance: Asegúrate de que los ingredientes que contienen cebolla estén guardados en lugares a los que tu perro no pueda acceder.
  • Leer las etiquetas de los productos procesados: Si le das alimentos procesados a tu perro, como sopas, salsas o guisos, verifica que no contengan cebolla o ajo.
  • Educar a otros miembros de la familia: Si tienes niños o personas que a menudo cocinan en tu hogar, asegúrate de que sepan que la cebolla es peligrosa para los perros.

La cebolla es un alimento que, aunque es seguro y saludable para los humanos, puede ser muy peligroso para los perros. La toxicidad de la cebolla puede causar anemia hemolítica y otros problemas de salud graves, especialmente si se consume en grandes cantidades. Si tu perro ha ingerido cebolla, es importante actuar rápidamente y contactar a un veterinario para evitar complicaciones.

Recuerda que, aunque un pequeño trozo de cebolla podría no causar un daño inmediato, la prevención es siempre la mejor opción. Mantén a tu perro alejado de los alimentos que contienen cebolla y asegúrate de que cualquier comida que compartas con él sea segura y adecuada para su salud.

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