Hernia en perros: tipos, síntomas y cuándo acudir al veterinario

La hernia en perros es una patología más común de lo que puede parecer. Al igual que ocurre en los humanos, puede aparecer en diferentes partes del cuerpo y tener distintos niveles de gravedad. Detectarla a tiempo y aplicar el tratamiento adecuado es clave para evitar complicaciones.
En Evidensia te explicamos cómo reconocer los síntomas, qué tipos de hernias existen y qué pasos seguir si sospechas que tu perro puede estar afectado.
Dos veterinarios con un perro

¿Qué es una hernia en perros?

Una hernia es la salida de un órgano o tejido a través de una abertura anormal en la musculatura o pared corporal que lo contiene. Suele manifestarse como un bulto visible o palpable en la zona afectada y, dependiendo del tipo, puede provocar dolor, inflamación u otros síntomas más graves.
Aunque no todas las hernias suponen un riesgo inmediato, muchas pueden empeorar con el tiempo, especialmente si no se diagnostican y tratan de forma adecuada.
 

Principales síntomas de hernia en perros

Los síntomas pueden variar según la localización y el tipo de hernia, pero los más frecuentes incluyen:
  • Presencia de un bulto o protuberancia en el abdomen, ingle, espalda o zona lumbar
     
  • Dolor o sensibilidad al tocar la zona afectada
     
  • Dificultad para moverse o caminar con normalidad
     
  • Problemas para hacer sus necesidades
     
  • Pérdida de apetito o letargo
     
  • Cambios en el comportamiento: decaimiento, tristeza o irritabilidad
     
Si notas alguno de estos signos, lo más prudente es consultar cuanto antes con un veterinario para realizar una revisión completa.

Tipos de hernia en perros

Existen varios tipos de hernias en perros, y cada una requiere un enfoque específico:

Hernia inguinal

Aparece en la zona de la ingle. Puede ser congénita o adquirida, y en casos avanzados, puede comprometer órganos internos. Es más común en hembras no esterilizadas.

Hernia umbilical

Se forma cerca del cordón umbilical, especialmente en cachorros. A menudo es benigna, pero si aumenta de tamaño o causa molestias, puede requerir cirugía.

Hernia diafragmática

Afecta al diafragma, el músculo que separa el tórax del abdomen. Puede ser consecuencia de un traumatismo y requiere tratamiento urgente, ya que puede afectar la respiración y otros órganos vitales.

Hernia discal

También conocida como hernia de disco. Ocurre cuando uno de los discos intervertebrales se desplaza o rompe, afectando a la médula espinal. Puede provocar dolor intenso, debilidad o incluso parálisis.

Diagnóstico y tratamiento de la hernia en perros

El veterinario comenzará con una exploración física y puede apoyarse en pruebas de imagen como radiografías, ecografías o resonancia magnética, especialmente en el caso de hernias internas o discales.

Tratamiento

Dependiendo del tipo y gravedad de la hernia, el tratamiento puede ser:
  • Observación y control en hernias pequeñas y sin síntomas
     
  • Cirugía correctiva, cuando existe riesgo de complicaciones o afectación de órganos
     
  • Medicación y fisioterapia, en el caso de hernias discales
     
El pronóstico suele ser bueno si se actúa con rapidez y se siguen las pautas veterinarias tras la intervención.

¿Qué hacer si sospechas que tu perro tiene una hernia?

No esperes a que el bulto crezca o los síntomas se agraven. Actuar a tiempo puede evitar problemas mayores. Observa a tu perro con atención y acude a tu centro veterinario si notas algo fuera de lo normal.
En Evidensia realizamos un diagnóstico completo y diseñamos el tratamiento más adecuado para cada caso, con el objetivo de que tu perro recupere su bienestar lo antes posible.
¿Has notado un bulto extraño o un cambio en el comportamiento de tu perro? Pide cita en tu centro Evidensia más cercano y deja que nuestro equipo lo valore con la atención que se merece.

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