Hernia en gatos: tipos, síntomas, tratamiento y recuperación

Aunque no son tan frecuentes como en los perros, la hernia en gatos es una afección que puede afectar a felinos de todas las edades. Se produce cuando un órgano o tejido interno sobresale a través de una zona debilitada del músculo o pared abdominal, formando una protuberancia.
En Evidensia, te contamos todo lo que necesitas saber para identificarla a tiempo, tratarla de forma adecuada y garantizar una buena recuperación de tu gato.
Un gato durmiendo

¿Qué es una hernia en gatos?

Una hernia se produce cuando una parte del cuerpo interno —como un órgano o tejido blando— atraviesa una abertura anormal en la musculatura. El resultado suele ser un bulto visible o palpable en la zona afectada, que puede variar en tamaño y gravedad.
Las hernias en gatos pueden ser congénitas (presentes desde el nacimiento) o desarrollarse más adelante debido a:
  • Traumatismos (caídas, golpes, atropellos)
     
  • Esfuerzos excesivos al defecar o al parir
     
  • Inflamaciones crónicas
     
  • Cirugías anteriores o debilidad muscular
     

Tipos de hernia en gatos

Existen varios tipos de hernias, y su nombre depende de la zona del cuerpo en la que se producen:

Hernia umbilical

Ocurre cuando el anillo umbilical no se cierra completamente tras el nacimiento. Suele aparecer como un bulto blando cerca del ombligo. Es común en gatitos y, en muchos casos, se resuelve por sí sola antes de los 3-4 meses.

Hernia inguinal

Se produce en la zona de la ingle, cuando los intestinos empujan a través del canal inguinal. Puede causar hinchazón en la parte baja del abdomen. Algunas requieren cirugía urgente si comprometen los órganos internos.

Hernia diafragmática

Afecta al diafragma, el músculo que separa el tórax del abdomen. Puede deberse a un accidente grave. Requiere intervención quirúrgica inmediata, ya que puede dificultar la respiración y afectar al funcionamiento de otros órganos.

Hernia de hiato

Ocurre cuando parte del estómago se desliza hacia el tórax a través de una abertura en el diafragma. Suele ser congénita y puede provocar vómitos, pérdida de apetito y síntomas intermitentes.

¿Cómo se detecta una hernia en gatos?

El signo más evidente es la presencia de un bulto blando, generalmente indoloro, que puede aumentar de tamaño con el movimiento, el llanto o el esfuerzo.
Otros síntomas pueden incluir:
  • Vómitos
     
  • Pérdida de apetito y peso
     
  • Sangre en la orina
     
  • Cambios en los hábitos de sueño o en la conducta
     
  • Letargo o debilidad general
     
Si sospechas que tu gato puede tener una hernia, es fundamental acudir cuanto antes al veterinario.

Diagnóstico de hernias en gatos

En Evidensia, realizamos una valoración completa para confirmar el diagnóstico y decidir el tratamiento más adecuado. Este proceso puede incluir:
  • Exploración física del bulto y revisión del historial clínico
     
  • Análisis de sangre, para descartar enfermedades asociadas
     
  • Radiografías o ecografías, para valorar la gravedad y localizar la hernia
     
  • En algunos casos, se recurre a pruebas adicionales si hay sospecha de afectación interna grave
     
Detectar a tiempo una hernia evita complicaciones como la estrangulación intestinal, que puede poner en riesgo la vida del animal.

Tratamiento: ¿siempre es necesaria la cirugía?

En muchas ocasiones, la solución definitiva es quirúrgica. El procedimiento consiste en:
  • Recolocar los órganos o tejidos desplazados
     
  • Cerrar o reforzar el músculo afectado
     
  • En casos complejos, utilizar una malla quirúrgica para evitar recaídas
     
Algunas hernias pequeñas y sin complicaciones pueden controlarse con observación, pero en la mayoría de los casos la cirugía es la opción más segura para evitar problemas a futuro.
En Evidensia, a veces aprovechamos intervenciones como la esterilización para corregir hernias leves, reduciendo así el número de cirugías y tiempos de recuperación.

Cuidados postoperatorios

Tras la cirugía, el veterinario te indicará cómo ayudar a tu gato a recuperarse correctamente. Las recomendaciones habituales incluyen:
  • Administrar medicación para el dolor y la inflamación
     
  • Limitar su actividad física durante los primeros días
     
  • Vigilar la herida ante signos de infección o sangrado
     
  • Ofrecer un ambiente tranquilo y seguro para su descanso
     
  • Revisiones periódicas para controlar la evolución y retirar los puntos si es necesario
     
El seguimiento posoperatorio es clave para una recuperación completa y sin complicaciones.
Aunque la hernia en gatos no es una patología muy común, puede suponer un riesgo importante si no se detecta y trata a tiempo. La buena noticia es que, con un diagnóstico adecuado y tratamiento veterinario profesional, el pronóstico suele ser excelente.
En Evidensia contamos con equipos especializados en cirugía veterinaria y diagnóstico por imagen para abordar cualquier tipo de hernia con seguridad y eficacia.
¿Has notado un bulto extraño o síntomas en tu gato? Pide cita en tu centro Evidensia más cercano y déjanos cuidar de su salud con la atención que merece.