Ataxia en gatos: síntomas, causas y tratamiento

La ataxia en gatos es un trastorno neurológico que afecta a la coordinación y el equilibrio de los felinos. Esta alteración puede provocar que el gato camine de forma errática, tambaleante o con movimientos descoordinados, siendo a menudo uno de los síntomas más visibles de un problema en el sistema nervioso.

La ataxia no es una enfermedad en sí misma, sino un síntoma clínico de un daño en alguna de las partes del sistema nervioso que controlan el movimiento: el cerebelo, el oído interno o la médula espinal.

Un gato en primer plano

Principales síntomas de ataxia en gatos

Los signos clínicos de la ataxia felina pueden variar en función del tipo y la causa, pero los más frecuentes incluyen:
  • Marcha inestable o “borracha”
     
  • Falta de coordinación en las patas
     
  • Temblores
     
  • Ladeo de cabeza
     
  • Desorientación
     
  • Nistagmo (movimientos involuntarios de los ojos)
     
  • Hipermetría (movimientos exagerados y poco precisos)
     
  • Vómitos o pérdida de apetito
     
  • Dificultad para orinar o defecar
     
Si observas que tu gato camina raro, se cae con frecuencia o tiene una postura corporal anómala, es fundamental acudir al veterinario cuanto antes.

Causas más comunes de la ataxia en gatos

La ataxia puede tener múltiples orígenes, entre los que destacan:
  • Causas congénitas: presente desde el nacimiento, como la ataxia cerebelosa hereditaria.
     
  • Traumatismos: caídas, golpes o accidentes que afectan al sistema nervioso.
     
  • Infecciones víricas: como la panleucopenia felina, que puede dañar el cerebelo.
     
  • Enfermedades inflamatorias: afectaciones inmunomediadas del sistema nervioso central.
     
  • Intoxicaciones: por ingestión de productos tóxicos, plantas o metales pesados (como el mercurio).
     
  • Tumores o lesiones medulares: que interfieren en la transmisión nerviosa.
     
  • Déficits vitamínicos o metabólicos: como el hipotiroidismo o deficiencia de vitamina B12.
     

Tipos de ataxia en gatos

Existen tres formas principales de ataxia en gatos, dependiendo de la zona afectada:

1. Ataxia cerebelosa

Se origina por un daño en el cerebelo, el órgano que regula la coordinación motora. Es frecuente en gatos jóvenes con infecciones congénitas o problemas genéticos. El felino suele caminar con las patas abiertas, realizar movimientos exagerados y tener temblores cuando se mueve o intenta comer.

2. Ataxia vestibular

Se debe a una alteración en el oído interno o en el nervio vestibular. Los síntomas incluyen pérdida de equilibrio, ladeo de cabeza, caída hacia un lado o nistagmo. Puede ser causada por infecciones, pólipos, otitis media o interna.

3. Ataxia sensorial o medular

Aparece cuando hay lesiones en la médula espinal o en los nervios periféricos. Los gatos afectados pierden sensibilidad en las patas y muestran una marcha tambaleante con pasos descoordinados.

Diagnóstico de la ataxia en gatos

El diagnóstico de la ataxia requiere una exploración física neurológica detallada y la realización de pruebas complementarias, como:
  • Análisis de sangre y orina
     
  • Radiografías o resonancia magnética (RM)
     
  • Tomografía computarizada (TC)
     
  • Punción de líquido cefalorraquídeo
     
  • Estudios serológicos ante sospechas de infecciones víricas
     
  • Biopsias o cultivos (en caso de sospecha de tumor o inflamación)
     
Determinar la causa exacta es clave para aplicar el tratamiento más adecuado.

¿La ataxia en gatos tiene cura?

El tratamiento de la ataxia felina dependerá totalmente del tipo y la causa subyacente:
  • En los casos congénitos o hereditarios, la ataxia no suele tener cura, pero el gato puede adaptarse y tener buena calidad de vida.
     
  • En ataxias vestibulares o tóxicas, si se detectan a tiempo, pueden resolverse con tratamiento médico o quirúrgico.
     
  • Si el origen es inflamatorio, infeccioso o tumoral, será necesario tratar la patología causante con antibióticos, antiinflamatorios, antivirales, cirugía o quimioterapia, según el caso.
     
Además, en casos crónicos o irreversibles, puede ser necesario adaptar el entorno y los cuidados del gato para garantizar su bienestar.

¿Qué hacer si sospechas que tu gato tiene ataxia?

Si notas que tu gato pierde el equilibrio, camina de forma extraña o está descoordinado, no esperes: acude inmediatamente a tu clínica veterinaria. La detección temprana es esencial para aumentar las posibilidades de recuperación, especialmente si el origen es tratable.

Vive tranquilo, con el respaldo veterinario adecuado

La ataxia en gatos puede parecer alarmante al principio, pero con un diagnóstico preciso y un tratamiento personalizado, muchos gatos pueden llevar una vida estable y feliz.
En Evidensia contamos con los mejores equipos de veterinarios  para ofrecerte el mejor apoyo ante cualquier sospecha de ataxia. Si crees que tu gato puede estar afectado, no dudes en pedir cita. ¡Estamos aquí para ayudarte a cuidar de su salud!